Gozar de una buena salud mental es clave para alcanzar un estado de vida saludable

Por: MARÍA CASAS
Periodista

Barcelona

La salud mental es fundamental para lograr una vida saludable. Según definen desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la salud es un estado de completo bienestar físico,

mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”,

De este modo, la salud mental es “algo más que la ausencia de trastornos o discapacidades mentales”.

Se trata de alcanzar un completo estado de bienestar en el que la persona es capaz de enfrentarse a situaciones de estrés, de ser productivo en el trabajo y de contribuir a su

comunidad.

Por tanto, tener salud mental es tan importante como tener salud física y estar libre de enfermedades. Para ello, es importante mantenerse sano mentalmente y hacer frente a

cualquier síntoma que pueda alertarnos de un problema de salud mental.

La mala salud mental está relacionada cambios sociales rápidos, condiciones de trabajo estresantes, discriminación de género, exclusión social y modos de vida poco saludables.

Además, no gozar de una buena salud mental hace que la persona sea más vulnerable y tenga más riesgo de padecer un trastorno mental.

Estas señales pueden advertirnos de un problema de salud mental

Con tal de prevenir los trastornos mentales, es importante reconocer los síntomas que pueden indicarnos que tenemos una mala salud mental, para hacer frente a ellos y pedir ayuda

profesional si es necesario.

En primer lugar, una persona que puede tener problemas de salud mental en la mayoría de las veces “se siente aislada, frustrada y abrumada”, pues “todas las áreas de su vida se

ven afectadas, incluso su forma de pensar, sentir y actuar”, advierten desde el portal oficial del Gobierno Federal de los Estados Unidos

Existen diferentes señales de advertencia que pueden indicarnos que alguien está en riesgo de padecer un problema de salud mental. Por ejemplo, cuando una persona deja de

compartir momentos con personas o se aleja de situaciones que solía disfrutar, cuando alguien padece insomnio u otros trastornos de sueño o cuando tiene un nivel de energía más

bajo de lo normal.

También pueden ser signos de alerta el consumo de drogas o alcohol en exceso y los cambios de humor repentinos, que pueden terminar afectando en las relaciones sociales.

Cómo reconocer que necesito ayuda psicológica

En primer lugar, para reconocer que una persona necesita ayuda psicológica con el objetivo de evitar un problema de salud mental es importante determinar hasta qué punto los

síntomas interfieren con la vida diaria.

Así, desde el Instituto Nacional de Salud Mental (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos explican que, en primer lugar, es necesario analizar por cuanto tiempo están

durando los síntomas

Si en las últimas dos semanas te has sentido decaído o con dificultad para conciliar el sueño, pero todavía puedes trabajar, realizar labores domésticas o cuidarte a ti mismo o a otras

personas, puedes probar de realizar algunas actividades de autocuidado.

Entre estas actividades se encuentra practicar ejercicio físico, realizar actividades sociales, tratar de dormir siguiendo un horario regular, comer saludablemente, hablar con

alguien es quien confías o practicar actividades de meditación y relajamiento.

En cambio, si los síntomas exceden las dos semanas, quizás es mejor optar por pedir ayuda profesional.

Algunos síntomas más graves que pueden indicar un problema de salud mental serían dificultad para dormir durante un largo periodo de tiempo, cambios en el apetito y en el peso,

dificultad para levantarse de la cama por el estado de ánimo, problemas de concentración, pérdida de interés general o incapacidad de realizar actividades y funciones diarias.

Si estos síntomas están empeorando cada vez más, aún aplicando métodos de autocuidado, es esencial buscar ayuda profesional y hablar con un médico para ver si es necesario

realizar psicoterapia o tomar algún medicamento.

En el caso de pensamientos sobre la muerte o de hacerse daño, es urgente buscar atención médica de un psicólogo o psiquiatra.