La hipertensión puede causar daños, a veces irreversibles, en órganos vitales de los gatos como el cerebro, el corazón o los riñones. Te decimos cómo identificarla y tratarla para

evitar problemas de salud graves a tu felino.

Hipertensión en los gatos: qué es, causas y consecuencias

Algunas enfermedades provocan daños en el organismo sin que nos demos cuenta, y la hipertensión arterial en los gatos es uno de esos casos. Te contamos por qué aumenta

la presión arterial en los felinos, y cómo se puede detectar a tiempo para evitar las consecuencias de este enemigo silencioso en la salud de tu mascota.

Cuándo se considera que el gato tiene hipertensión arterial

El corazón de los gatos está constantemente bombeando sangre que viaja por todo el organismo a través de los vasos sanguíneos. En cada sístole (contracción) y diástole (relajación)

cardíaca, la sangre ejerce presión en las paredes de los vasos sanguíneos, lo que conocemos como presión o tensión arterial asistólica y diastólica.

La tensión arterial normal en los gatos se encuentra entre 120-140 mmHg (milímetros de mercurio). Entre 140-159 mmHg se considera que el animal es prehipertenso, entre

160-179 mmHg que padece hipertensión moderada, y a partir de 180 mmHg, hipertensión severa.

Causas de hipertensión felina y factores predisponentes

Existen distintas causas de elevación de la presión arterial en los gatos, siendo la más habitual la secundaria, es decir, la originada por enfermedades subyacentes. Estos son los tipos

de hipertensión:

Primaria o idiopática: no guarda relación con el padecimiento de otras enfermedades, o su origen concreto no se conoce, pudiendo tener una base genética. Es la más frecuente en

humanos, pero no en los gatos.

Secundaria: la más frecuente, causada por enfermedades como la insuficiencia renal crónica o trastornos endocrinos como la diabetes o el hipotiroidismo. Se considera que el 65%

de los gatos con daño renal son hipertensos.

“De bata blanca”: se produce en un momento puntual, a consecuencia del estrés o miedo, incluso en la visita al veterinario. El problema surge cuando la elevación de la presión se

mantiene en el tiempo; esa es la verdadera hipertensión.

Algunos factores, como la edad –especialmente a partir de los siete años– la obesidad o la inactividad, predisponen a desarrollar hipertensión. Además, la insuficiencia renal o el

hipotiroidismo felino suponen un riesgo para sufrir hipertensión.

Por qué es tan peligrosa la hipertensión en los gatos

La hipertensión produce efectos adversos sobre los órganos que dependen de un alto riego arterial, como el cerebro y el sistema nervioso, los ojos, el riñón y el corazón. El principal

problema radica en que no se observan síntomas hasta que no se han producido daños graves, incluso irreversibles. Por eso, es tan importante anticiparnos realizando visitas

periódicas al veterinario, que medirá la presión arterial a nuestro gato y llevará un registro.

Autora:
María Bayón Piedrabuena
Veterinaria clínica de pequeños animales