Los genitales femeninos tienen su propio olor, pero en ciertos casos el olor vaginal puede ser desagradable y ser un síntoma indicativo de alguna patología ginecológica. Descubre

cuándo no es normal y cómo puedes evitarlo.

Olor vaginal: cuándo es normal y por qué se altera

El olor vaginal es una huella de cada mujer, y en parte ese peculiar olor se debe a las glándulas apocrinas –que se encuentran en el área genital externa y alrededor de los pezones–,

que segregan unos fluidos con un aroma especial que tiene un papel importante en la atracción sexual.

“Puede haber variaciones en la población, de la misma forma que cada persona tiene un olor corporal”, señala la doctora Carmen Martín Blanco, ginecóloga del Hospital

Nuestra Señora del Rosario, de Madrid. Pero además está el olor del flujo vaginal, el fluido que secretan las paredes de la vagina, y cuya función es mantenerla limpia y humedecida.

Para ello cuenta con la ayuda de la flora vaginal: un conjunto de bacterias que protege de posibles infecciones y mantiene el pH de la mucosa vaginal.

Factores naturales que alteran el olor del flujo vaginal

El olor de ese flujo vaginal puede variar por diferentes factores naturales, sin que eso signifique que algo vaya mal. Eso sí, siempre y cuando el aroma que despida no resulte

desagradable. Algunas de esas situaciones normales son:

La menstruación

“Puede haber variaciones en el olor del flujo a lo largo del ciclo menstrual”, afirma la doctora Martín Blanco. Las diferencias en los niveles de hormonas que se liberan en cada

momento tienen mucho que ver. Pero, además, la regla tiene un olor característico en cada mujer, procedente de las sustancias que se expulsan: sangre, células muertas, tejido

endometrial…

Las relaciones sexuales

Es normal que tras el coito se note un olor diferente, a causa del intercambio de fluidos entre la pareja.

El embarazo o la lactancia

Es cierto que las hormonas pueden producir un aumento de las secreciones vaginales y de la intensidad del olor vaginal, pero además se produce otra contingencia que también

influye: en el embarazo las mujeres experimentan una especial sensibilidad a los olores.

La menopausia

“En la menopausia disminuyen las hormonas, en concreto los estrógenos, y al decrecer sus niveles se altera el patrón de secreción de flujo, el pH y la flora natural de la vagina”,

apunta la ginecóloga. Por eso, es frecuente que en esta etapa en las mujeres cambie el olor y la secreción de su flujo y “experimenten mayor sequedad”, añade.

La dieta y algunos alimentos

Algunos alimentos como el ajo, la cebolla o los espárragos, y determinados fármacos, pueden modificar de forma transitoria el olor del flujo.

Tipos de olor vaginal: a qué se deben y qué revelan de tu salud

El flujo vaginal es, como ya hemos comentado, diferente en cada mujer. “Es tan específico porque depende de su flora vaginal”, explica la doctora Carmen Martín Blanco, ginecóloga

del Hospital Nuestra Señora del Rosario, en Madrid. En general, tanto en condiciones normales, como en situaciones patológicas, estos son los tipos de olor más frecuentes, y sus

posibles causas.

En mujeres sanas

En el caso de que la mujer esté sana, los olores más habituales en la zona íntima son:

Olor a yogur

Muchas mujeres al comentar cómo perciben su olor vaginal afirman que les recuerda al olor del yogur. Ese aroma quizá pueda deberse, como indica la doctora Martín Blanco, a que

“la flora vaginal está formada por varios microorganismos, pero los que están en mayor proporción son los lactobacilus, que también se encuentran en la composición del yogur”.

Olor a metálico

Muy característico después de la menstruación debido al sangrado y al cambio en el pH de la vagina, pero que en ningún caso es un olor desagradable.

Cuando hay alguna alteración

Si la mujer presenta algún problema de salud como una infección vaginal, o incluso una enfermedad de transmisión sexual, los siguientes olores pueden ser un signo de alarma:

Olor a pescado

Es un hedor muy característico y señal de que la mujer padece una vaginosis bacteriana, una alteración de la flora vaginal. “En la flora vaginal tenemos diferentes tipos de

microorganismos que se encuentran en equilibrio, pero cuando existe una proliferación de alguno de los microorganismos se altera el patrón de secreción de flujo”, señala la

ginecóloga. Su cantidad y aspecto cambian y el olor se vuelve fétido y se identifica como “a pescado”. Es uno de los síntomas de esta infección junto con otras molestias como picor o

escozor, y el flujo presenta un color amarillento o anaranjado. En este caso hay que acudir al médico.

Olor dulzón

Quizás no sea desagradable, pero hay que prestarle atención porque puede tener su origen en una infección causada por hongos vaginales, en concreto por Candida albicans. La

candidiasis es una infección fúngica muy frecuente, tanto que se cree que la padecen tres de cada cuatro mujeres en algún momento de su vida. Los síntomas pueden ser de leves a

moderados, e incluyen un intenso picor e irritación de la vagina y la vulva, sensación de ardor y secreción vaginal espesa, “como de leche cortada”, describe la ginecóloga. Se debe

acudir al médico para que prescriba el tratamiento adecuado.

Olor hediondo

Un hedor fétido y muy desagradable puede proceder de un tampón para la regla olvidado durante días. Es una situación más frecuente de lo que se piensa, y muy peligrosa. De

hecho, los fabricantes de estos productos de higiene íntima femenina recomiendan que se cambien cada ocho horas como máximo, ya que su uso incorrecto puede provocar una

grave infección conocida como el síndrome de shock tóxico, que está causado por las tóxinas provocadas por la bacteria Staphylococcus aureus, un microorganismo que se encuentra

de forma natural en la vagina femenina. Los síntomas, además de ese olor hediondo, son fiebre muy alta, convulsiones, náuseas, vómitos, confusión, desmayos y mareos, entre otros.

Olor fuerte

Cuando el flujo vaginal cambia su aspecto y su olor, y este resulta muy desagradable puede ser síntoma de enfermedades de trasmisión sexual (ETS) como:

La tricomoniasis. En este caso, como indica la doctora Martín Blanco, además se dan otros síntomas como “un flujo muy abundante con un aspecto espumoso, de color verdoso

grisáceo, y mucho picor en la vagina”.

La gonorrea. Provoca, además, un aumento de la secreción vaginal y dolor abdominal, y sensación de ardor al orinar.

Clamidia. Aunque no siempre presenta síntomas, un flujo vaginal anormal y con un fuerte olor puede ser consecuencia de esta ETS. Las mujeres también pueden notar sensación de

ardor al orinar y dolor al mantener relaciones sexuales.

Olor maloliente

El cáncer de cuello útero normalmente no da síntomas en los primeros estadios, pero cuando “hay una lesión se puede producir un flujo maloliente”. Además, se producen otros

síntomas como sangrados vaginales anormales y dolor abdominal.

Cómo mantener la flora vaginal sana y libre de olores

El contrario de lo que se suele pensar, cuando se produce un mal olor vaginal que no tiene su origen en una mala higiene, no hay que aumentar los lavados vaginales, como advierte

la doctora Carmen Martín Blanco, ginecóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario, de Madrid. “Las pacientes que tienen un mal olor incrementan los lavados y usan desodorantes

íntimos, pero algunos irritan más e introducen cambios en la flora que son contraproducentes”. Ante un mal olor vaginal, hay que acudir al médico para descubrir la causa y seguir el

tratamiento indicado por el profesional, porque al eliminar su origen desaparecerán también sus consecuencias.

“Las bacterias que hay en la vagina mantienen a raya las infecciones, pero si se modifica esa situación por usar un jabón no adecuado o mantener la zona húmeda, algunas se

aprovechan y crecen”, explica la doctora Martín Blanco que, en general, para conservar una buena salud vaginal aconseja seguir estas pautas:

Lavarse con agua o con un jabón que tenga un pH específico para higiene íntima. “El gel que usamos para el cuerpo suele tener un pH muy básico y mata la flora vaginal. Pero si no

se tiene jabón íntimo con agua es suficiente”, afirma.

Asearse una o dos veces al día, no más.

Eludir los salva slips porque tienen mucho plástico y suelen irritar. “Hay que elegir aquellos que cuenten con un alto porcentaje de algodón”.

Evitar prendas ajustadas, con mucha licra o elaboradas con tejidos sintéticos, y usar mejor ropa confeccionada con tejidos naturales, como el algodón.

Mantener siempre seca la zona genital. La humedad se relaciona con las infecciones fúngicas, “porque los hongos crecen en ambiente húmedo”, afirma la experta. Por ejemplo, en

el verano hay que intentar cambiar enseguida el bañador mojado por otro seco.