Por: Ana Carmona Rubio

Se habla mucho de la “eyaculación precoz” masculina, pero ¿existe algo parecido en la mujer?

Es cierto que los problemas relacionados con el orgasmo en la mujer tienen que ver con la ausencia de orgasmo (anorgasmia) o dificultades para alcanzarlo. Pero, aunque mucho

menos frecuente, hay mujeres cuyo problema es justamente el contrario: llegar sumamente rápido al orgasmo.

Puede que te preguntes el por qué alcanzar rápidamente el orgasmo puede suponer un problema. El problema para muchas mujeres consiste en que, al llegar al orgasmo pierden el

deseo o interés por continuar con la relación erótica, y por tanto, las relaciones acaban siendo muy cortas… a veces incluso de unos pocos minutos.

Cuando se alcanza el orgasmo, el cuerpo puede tardar un tiempo en recuperarse de toda la tensión acumulada, motivo por el que muchas mujeres (y también muchos hombres) se

sienten saciadas y no desean continuar con la estimulación, sobre todo al estimulación genital, que puede incluso volverse molesta.

Las mujeres que experimentan orgasmos con mucha facilidad y rapidez seguramente tienen una especial sensibilidad en la zona del clítoris y sus alrededores. En algunos casos,

estas mujeres sienten que la estimulación clitórica demasiado directa e intensa resulta molesta. Algunas mujeres prefieren estimularse con la ropa interior puesta, para que el roce sea

más indirecto.

Me gustaría contarte algunas cosas que pueden resultarte útiles si experimentas orgasmos más rápido de lo que quisieras y es para ti un problema:

No hay un tiempo adecuado para alcanzar el orgasmo, el problema está en la sensación subjetiva de insatisfacción. Sin duda habrá ocasiones en que llegar rápido al orgasmo sea lo

deseado, y se viva con gran placer y satisfacción. Pero cuando no es así, puede vivirse con frustración.

Si alcanzas tu orgasmo tan rápido por tener una especial sensibilidad clitórica no es tan mala noticia. Tal vez puedas aprender a utilizar la estimulación de otro modo, dosificarla en tu

beneficio, para poder prolongar un poco más y en la medida de la posible, el momento del orgasmo y con ello la duración del encuentro sexual si es lo que deseas.

El clítoris es la zona en el cuerpo de la mujer que más se relaciona con el orgasmo, por los receptores sensoriales de los que está compuesto. Si se centra la estimulación en esa zona

casi desde el principio de la actividad sexual, está claro que el orgasmo se alcanzará rápidamente. Pero ¿y si probáis tu pareja y tú a olvidaros durante un buen rato de tu clítoris y

jugáis a acariciaros todo vuestro cuerpo? Las caricias en todo tu cuerpo también son excitantes, pero seguramente no te van a conducir al orgasmo, y te van a permitir experimentar

con niveles más bajos de excitación.

Prueba a no centrar la estimulación en el clítoris desde el principio. Incluso, cuando pasáis a estimular la zona de la vulva, puede resultar interesante probar a estimular las zonas de la

vulva más alejadas del clítoris o sus alrededores, evitando estimular el clítoris directamente. De este modo, aprendéis a dosificar la estimulación en vuestro beneficio.

Venga cuando venga, aprende a no vivir el orgasmo con sensación de culpa. Experimentando culpa no solo no cambias nada, sino que además te pierdes la vivencia del orgasmo.

Si pese a toda la información de que dispones, sientes que no es suficiente y que necesitas ayuda, una terapia sexual o asesoramiento sexológico puede ser lo que

necesites-necesitéis.