La gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por una bacteria denominada Neisseria gonorrhoeae, que afecta al tracto genital, la boca y el ano. Se contagia mediante el contacto sexual y también se denomina “blenorragia” o “gonococia”.

La gonorrea puede ser un factor de riesgo de otras enfermedades si no se trata con inmediatez. Es una infección muy común, especialmente en las personas jóvenes de 15 a 24 años.

Causas

La gonorrea es una enfermedad que se propaga por el contacto sexual, que en el caso de las mujeres embarazadas, puede causar un parto prematuro o infecciones en la sangre, en las articulaciones o en los ojos del recién nacido.

Las bacterias causantes de esta infección crecen en las zonas del cuerpo que se encuentran húmedas y cálidas. En las mujeres, estas bacterias se pueden localizar en el aparato reproductor o incluso en los ojos. Existe mayor probabilidad de contagio si:

No se usa condón en las relaciones sexuales, sobre todo, si se tienen múltiples compañeros sexuales.
Se mantienen relaciones sexuales con una persona contagiada.
Se consume alcohol o drogas en exceso (esto suele producirse en un número mínimo de casos).

Síntomas

Los síntomas de la gonorrea suelen aparecer de 2 a 5 días después de producirse la infección en el caso de las mujeres, mientras que en los hombres suele llegar a tardar hasta un mes.

Es importante tener en cuenta que en algunos casos no se observan síntomas iniciales de la infección, de hecho, cuatro de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres con gonorrea desconocen su diagnóstico.

Los síntomas que pueden aparecer en las mujeres son:

Dolor abdominal.
Flujo vaginal amarillento.
Sangrado entre periodos menstruales.
Dolor al tener relaciones sexuales y al orinar.
Necesidad de orinar más frecuentemente.
Vómitos.
Hinchazón o sensibilidad en la vulva.
Fiebre.
Irregularidades en la menstruación.
En el caso de los hombres, los síntomas pueden ser:

Secreción parecida al pus en el pene.
Dolor o sensación de ardor al orinar.
Necesidad de orinar más frecuentemente.
También existen otros síntomas comunes en ambos sexos que pueden ser: picazón en el ano o secreciones y movimientos intestinales dolorosos. En el caso de que se sufra picazón o dolor de garganta puede ser por una infección bucal, aunque éstas no presentan síntomas en su gran mayoría.

Prevención

Las opciones para prevenir la gonorrea, según los especialistas, pueden ser:

Abstenerse de mantener relaciones sexuales.

Si se decide mantenerlas, tanto vaginales como anales, se recomienda el uso de condones femeninos de látex.

El contagio a través del sexo oral es poco frecuente pero puede reducirse el riesgo con el uso de preservativos.

Si se tiene la infección se recomienda no mantener relaciones sexuales hasta que no se concluya con el tratamiento.
Ya que muchas veces los síntomas tardan en aparecer se recomienda a las personas que están en riesgo que se realicen análisis con frecuencia.

Los antibióticos son el mejor tratamiento para tratar la gonorrea aunque, a veces, algunas infecciones resultan ser resistentes.Los antibióticos son el mejor tratamiento para tratar la gonorrea aunque, a veces, algunas infecciones resultan ser resistentes.

Tipos

No existe una clasificación por tipos de esta enfermedad.

Diagnóstico
La gonorrea puede diagnosticarse, generalmente de forma efectiva, a través del examen de una muestra de tejido o secreción. Esta prueba se denomina tinción de Gram. Normalmente, puede detectarse teniendo síntomas o no.

Anteriormente, para detectar la enfermedad, se realizaban cultivos (células que se generan en un plato en un laboratorio) que probaban la existencia o no de gonorrea, aunque hoy en día ese método no es muy usual.

Actualmente, los exámenes de ADN son la vía más fiable para detectar la enfermedad. A través de pruebas, como la de reacción en cadena de la polimerasa, se obtienen resultados de forma más rápida y concluyente. Estos exámenes pueden realizarse con una simple muestra de orina del paciente y es más fácil de obtener que las muestras genitales (cuello uterino, vagina, uretra, ano y garganta).

En casos muy reducidos se toma una muestra de líquido articular o sangre pero, independientemente del examen que se realice, el diagnóstico está disponible en 72 horas.

Tratamientos

Los antibióticos son el mejor tratamiento para tratar la gonorrea aunque, a veces, algunas infecciones resultan ser resistentes a este tipo de medicamentos, por lo que en algunos casos es más frecuente recetar más de un antibiótico. Para el tratamiento en mujeres embarazadas, algunos antibióticos pueden ser contraproducentes para la salud del bebé, por lo que se les suele recetar otro medicamento.

Los antibióticos pueden administrarse por vía oral o por una inyección en el hospital, aunque en este último caso el paciente deberá seguir con el tratamiento en casa.

Los casos más graves, donde se produzca enfermedad pélvica pueden requerir hospitalización y que el especialista le administre los antibióticos por vía intravenosa.

Después de ser tratado, el paciente necesitará una consulta de control 7 días después si sus síntomas incluyen dolor articular, un sarpullido en la piel o dolor pélvico o abdominal.

Por último, es importante que los compañeros sexuales de las personas infectadas se examinen también y, en caso de que sea necesario, cumplan el tratamiento.

Otros datos

Cuando la gonorrea no se trata, puede provocar problemas graves de salud de carácter permanente, tanto en hombres como en mujeres.

En las mujeres, la gonorrea sin tratar puede dar lugar a una enfermedad inflamatoria pélvica, además de otra serie de complicaciones:

Formación de tejido cicatricial que puede obstruir las trompas de Falopio.
Embarazo ectópico (fuera del útero).
Dolor pélvico o abdominal crónico.
Infertilidad (incapacidad para quedar embarazada).
En los hombres, la infección causa dolor en los conductos de los testículos, lo que puede provocar infertilidad, aunque estas consecuencias suelen ser poco comunes. Además, puede propagarse a la sangre o a las articulaciones, lo que puede ser mortal.