La capacidad sexual no depende de la reproductiva, por tanto, ¿por qué no seguir disfrutando del sexo durante la menopausia? Te damos algunas recomendaciones para

seguir disfrutándolo durante esta etapa.

Cambios sexuales en la menopausia

La esperanza de vida de la mujer en los países desarrollados se ha incrementado hasta pasar de los 80 años en la actualidad, y eso significa que las mujeres pasarán más de

la mitad de su edad adulta conviviendo con la menopausia. Los especialistas insisten en que una vida sexual satisfactoria supone un beneficio para la salud, física y psíquica, de las

personas. Por lo tanto, es importante que sigas disfrutando del sexo más allá de la menopausia, y no olvides que tu capacidad reproductiva no está relacionada con tu capacidad

sexual.

Cambios sexuales en la menopausia

Es cierto que algunas mujeres afirman que tras la menopausia sienten que su deseo sexual ha disminuido. En la mayoría de los casos, sin embargo, esto se debe a una serie de

trastornos asociados con la menopausia. Aunque algunas afortunadas no tienen ningún síntoma hasta que un día desaparece la menstruación para no volver, otras muchas padecen

sofocos, insomnio, sequedad vaginal, dolor de cabeza, incontinencia urinaria, fatiga, irritabilidad o depresión y, en esas circunstancias, es normal que su libido disminuya, que es lo

mismo que les hubiera ocurrido de haber sufrido esos trastornos en cualquier momento de su juventud.

También pueden ocurrir cambios en la respuesta sexual, y es que la capacidad de una mujer para excitarse sexualmente y alcanzar el orgasmo puede cambiar durante la

menopausia. Algunas mujeres en esta etapa pueden encontrar que les lleva más tiempo excitarse, o que experimentan cambios en la intensidad o la frecuencia del orgasmo.

Además, se producen cambios físicos que influyen sobre el deseo sexual ya que, al atrofiarse el epitelio vaginal y disminuir las secreciones, el coito puede resultar doloroso. Si es tu

caso, consulta siempre con un profesional, porque existen numerosos tratamientos (lubricantes, cremas con estrógenos de uso tópico, dilatadores vaginales…) que pueden ayudarte a

resolver este problema.

La atrofia vaginal y la disminución de la secreción de flujo incrementan el riesgo de contraer infecciones, por lo que es necesario que utilices productos adecuados para tu higiene

íntima, que no irriten ni alteren el pH de la piel genital.

También puedes sufrir vaginitis atrófica, una inflamación de la vagina que se produce a consecuencia del adelgazamiento del tejido vaginal y está relacionada con la disminución

de los niveles de estrógeno. Por todo ello, es importante que consultes al especialista si presentas algún síntoma que te haga sospechar.

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud