No tiene nada que ver con helados.

Ice ice baby, vanilla ice ice baby… Bueno, apuesto a que al menos el 50% de las que estáis leyendo esto no tenéis ni idea de qué os estoy hablando… El caso es que este fue el

one-hit wonder de un rapero llamado Vanilla Ice. Y que ahí se quedó. A saber qué fue de él.

Pero vanilla… vainilla, es también una forma de denominar el sexo convencional, sin aspavientos, sin aditamentos, sin BDSM y sin parafernalias… El que practica el común de los

mortales (que si es satisfactorio, no tiene NADA que envidiarle al resto).

Entonces, ¿de dónde viene esta manera tan peyorativa de denominar el sexo convencional?

Hay quien entiende que cuando practicas sexo con otra persona, por primera vez, es como si estuvieras delante del mostrador de una heladería, con decenas de sabores y toppings, y

que, pudiendo combinar, añadir, mezclar, etc, vas y pides lo más soso y aburrido que existe: el helado de vainilla.

Pero es que a lo mejor no te gusta el pistacho, ni las pasas al ron, ni la stracciatella… a ti te gusta la vainilla. Punto. Es lo que te satisface, no hay más.

Podríamos usar como analogía a los que prefieren observar cómo sus amigos se suben en las atracciones más bestias mientras ellos les observan desde abajo. No tiene nada de

malo: a ti te gusta que te pongan el estómago al revés; a mí no. No pasa nada.

Pero, desde que se popularizó el best-seller 50 sombras de Grey (y la adaptación al cine), parece que está mal visto confesar que sólo te gusta lo ‘normal’. Pero nada más lejos de

lo correcto: la vainilla, por cierto, combina con todo.

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