Las migrañas son un tipo de cefalea (dolor de cabeza) que pueden ser debilitantes y afectan la calidad de vida de quienes las padecen.

Aunque existen varios tipos de migrañas, todas suelen caracterizarse por un dolor intenso, generalmente pulsátil, que puede estar acompañado de otros síntomas como náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz o al sonido.

Conocer los diferentes tipos de migrañas y sus tratamientos es esencial para manejar adecuadamente esta condición.

1. Migraña sin aura (migraña común): Es la forma más frecuente de migraña y se caracteriza por un dolor que suele afectar un lado de la cabeza.

El dolor puede durar de 4 a 72 horas si no se trata. A menudo, se presenta con síntomas como náuseas, sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia).

Los tratamientos incluyen analgésicos comunes, como el ibuprofeno o el paracetamol, y medicamentos específicos para las migrañas, como los triptanes, que actúan directamente en los vasos sanguíneos del cerebro para reducir la inflamación.

2. Migraña con aura (migraña clásica):

Este tipo de migraña incluye los mismos síntomas que la migraña común, pero con la adición de “aura”, que son síntomas neurológicos transitorios que ocurren antes del dolor. Estos pueden incluir alteraciones visuales (como luces parpadeantes o puntos ciegos), hormigueo en las extremidades y problemas del habla.

Los tratamientos son similares a los de la migraña sin aura, aunque es importante que las personas identifiquen el inicio del aura para tomar los medicamentos antes de que el dolor comience.

3. Migraña crónica:

Se diagnostica cuando una persona experimenta migrañas al menos 15 días al mes durante más de tres meses. El manejo de este tipo de migraña puede incluir medicamentos preventivos como los betabloqueadores, antidepresivos o antiepilépticos, además de terapias como la toxina botulínica (Botox), que ha demostrado ser efectiva en algunos pacientes.

El tratamiento de la migraña se divide en dos enfoques: el tratamiento agudo y el preventivo. El tratamiento agudo se usa para aliviar los síntomas durante un ataque y puede incluir analgésicos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol, y medicamentos específicos para la migraña, como los triptanes, que actúan sobre los vasos sanguíneos del cerebro para reducir el dolor y la inflamación.

El tratamiento preventivo se utiliza para reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas en personas que las sufren con regularidad. Los medicamentos preventivos incluyen betabloqueadores, antidepresivos, antiepilépticos y antagonistas del receptor CGRP. Además, la toxina botulínica (Botox) ha demostrado ser eficaz en migrañas crónicas.

Además de los medicamentos, cambios en el estilo de vida, como llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, dormir adecuadamente y reducir el estrés, son fundamentales para controlar las migrañas y mejorar la calidad de vida.