Las disfunciones sexuales son problemas ocurridos durante las relaciones sexuales bien en la fase de deseo, excitación, orgasmo, resolución o en otros momentos de la relación

sexual, pero también la aparición de dolor en cualquiera de dichas etapas. Las características que tienen en común todas ellas es que dificultan disfrutar de la sexualidad en alguna de

esas etapas, también hay definiciones que dicen que tienen que ser persistentes en el tiempo. También coinciden en que provocan sufrimiento en las personas que los padecen, tanto

a veces dolor y molestias físicas, así como psicológicas.

Puede haber personas que tengan la misma vivencia o las mismas problemáticas, pero puede definirse como disfunción si causa un malestar físico, emocional o psicológico.

¿Qué tipos de disfunciones sexuales existen?

Podemos diferenciar las disfunciones sexuales en masculinas o femeninas. Las masculinas más comunes son:

Disfunción eréctil: problemas para tener una erección, continuado o por potencia, que impide tener una relación sexual plena, o llegar a la fase de penetración, orgasmo o resolución

(del que la padece o de su pareja).

Eyaculación precoz: dificultades en torno al control en el momento de la eyaculación, por lo que la relación sexual no llega a ser satisfactoria, generando en ocasiones ansiedad,

frustración, entre otras cosas.

También existen disfunciones como la anorgasmia o la adicción al sexo.

En cuanto a las disfunciones sexuales femeninas más frecuentes son:

Disfunción o deseo sexual hipoactivo: tener muy poco deseo sexual, que también se produce en hombres, pero suele consultarse más en mujeres.

Anorgasmia: dificultad de llegar al orgasmo.

Vaginismo: dolor durante las relaciones sexuales, o incluso un bloqueo total de la zona. Existe también la dispareunia que es dolor durante o después de la relación sexual, pero este

trastorno también se observa en hombres.

En muchas ocasiones estas disfunciones se concatenan unas con otras. Por ejemplo, una mujer que tiene dolor en la relación sexual (vaginismo) puede que termine evitándola, con lo

cual hay una ausencia de deseo (deseo sexual hipoactivo).

¿Cómo se tratan?

Cada disfunción sexual tiene un tratamiento concreto, pero generalmente hay que trabajar mucho con pautas de relajación corporal, ya que suele haber ansiedad anticipatoria en la

mayoría de los casos. Asimismo, es importante la conciencia corporal por tal de conocerse y saber qué ocurre, así como el origen y por qué ha sucedido. Se trata de un abordaje

global donde se trabajan todos los aspectos emocionales, conductuales y somáticos, así como la parte física. La terapia sexual suele trabajar todos estos aspectos y lo más

recomendable es acudir a un especialista en Sexología.

Detrás de muchas disfunciones sexuales existe un abuso sexual, una mala experiencia o mal aprendizaje sexual. En estos casos puede ser necesario y es recomendable hacer

terapia psicológica con especialistas en trauma o abusos sexuales.

Otro abordaje que suele ser necesario es hacer una buena educación en sexualidad, desterrar mitos o hablar de la sexualidad tal y como es dejando de lado grandes creencias

erróneas, negativas y fomentando una salud sexual integral y sana.

En relación a estas expectativas o creencias, últimamente tenemos problemas con la sexualidad por el consumo masivo de la pornografía online. En estos casos el tratamiento sería

similar al de cualquier adicción, porque suelen generarse esos mismos circuitos de recompensa.

¿En qué consiste la terapia?

La terapia consiste en conocer el problema, identificar el origen si lo hay y dar pautas de relajación y mindfulness. Además de trabajar la conciencia plena, con recursos positivos para

hablar sobre situaciones en las que se han sentido bien. A veces el especialista en Psicología realiza ejercicios de aproximación a las relaciones sexuales, en algunas ocasiones

imaginarios y visualizaciones guiadas; en otras ocasiones, son tareas conductuales, sobre todo en mujeres intento que trabajen en la autoexploración y si tienen pareja la

comunicación, hablar de lo que les ocurre y que no tengan ningún miedo en hablar de ello con su pareja, ya que si no lo hacen el problema se cronifica.

En otros casos les pongo audios de manera repetida, a través de hipnosis o la terapia EMDR trabajo la situación fóbica o aquello que les ha provocado el problema, es lo que se

conoce como un trabajo de reprocesamiento de la situación vivida.

En ocasiones es importante ver que a nivel físico todo está bien, es decir, es básico hacer una buena historia clínica al inicio y descartar que no hay ninguna patología médica detrás,

ya que hay determinadas enfermedades que provocan disfunciones sexuales. También es necesario conocer qué tipo de medicación está utilizando porque hay medicamentos que

interfieren la respuesta sexual, así como si tiene alguna enfermedad crónica o puntual. Por ejemplo, el hipotiroidismo puede ser una causa de ausencia de deseo o el tomar

antidepresivos puede producir muchos problemas de deseo.

¿Qué ejercicios o pautas puede seguir el paciente en su vida diaria?

Cabe destacar que en muchos casos hay un ritmo de vida muy estresante, con lo cual hay que incluir hábitos y tener unas rutinas saludables para introducirlas en su vida. Lo que se

suele llamar higiene de vida, ya que tener una vida sana y ordenada ayuda a disfrutar más de los placeres que puede proporcionar la sexualidad.

 

Escrito por: DRA.PROF. DIANA SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Publicado: 25/05/2022
Editado por: TOP DOCTORS®