El café tomado moderadamente es saludable y los médicos no lo desaconsejan. Sin embargo, varios estudios ponen en duda que tomar cafeína sirva para adelgazar. Veamos qué hay de cierto y cómo afecta el café en nuestro metabolismo.

La cafeína afecta a nuestro metabolismo. Acelera el ritmo en el que trabaja nuestro cuerpo, ya que tiene influencia en nuestro sistema nervioso. Eso puede hacer que aumente el consumo de calorías.

Ese ha sido el factor de que algunas dietas recomienden o utilicen el aporte de cafeína como un elemento para adelgazar.

LOS EFECTOS REALES DE LA CAFEÍNA

“Hay estudios para todos los gustos. Algunos corroboran que aumenta el metabolismo, pero son trabajos pequeños con un porcentaje muy reducido de población”, advierte la farmacéutica y nutricionista Elisa Escorihuela.

Además, estos estudios señalan que aumentan los niveles de cortisona, lo que convierte las proteínas en hidratos de carbono, y nos provoca ansiedad y ganas de comer alimentos de peor calidad, poco saludables.

Hay estudios tanto a favor como en contra de usar la cafeína en la dieta

Otros estudios dicen que sí sirve para adelgazar puesto que incrementa el metabolismo hasta un 6%, pero esto en sí mismo no supone un cambio claro de peso si no se hace junto a una dieta equilibrada y ejercicio. Al final no sabes si los participantes en el estudio adelgazaban solo por la dieta o también la cafeína había intervenido.

TAMPOCO ES VERDAD QUE QUITE EL HAMBRE

Un nuevo estudio, algo más amplio, ha echado por tierra otro de los posibles efectos: que comas menos por el consumo de cafeína.

La Universidad de Buffalo, en Estados Unidos, hizo la prueba y comprobaron que las personas que tomaban cafeína en el desayuno se saciaban antes y comían un diez por ciento menos en esa comida.

Sin embargo, todos recuperaban esa falta de nutrientes en las siguientes comidas del día y al final del estudio el peso era el mismo que el de las personas que no habían tomado cafeína.

POSIBLES EFECTOS ADVERSOS DE LA CAFEÍNA

“Cada vez somos más conscientes de que no hay un elemento básico único que nos sirva para adelgazar”, remarca Escorihuela. “El café en sí no es ni mejor ni peor ingrediente que otros y puede contribuir hasta cierto punto pero dentro de un conjunto de dieta equilibrada”.

El café por sí mismo no tendrá efecto en el peso si no se acompaña de dieta y ejercicio

El café provoca irritación y nerviosismo en personas especialmente sensibles a este componente.

Asimismo, también puede crear malestar y problemas de insomnio. El dormir poco y mal sí se ha comprobado científicamente que puede fomentar la obesidad, además de provocar otros problemas de salud.

DEPENDE DE LA CANTIDAD…

Tampoco olvidemos que la dosis es importante. Para conseguir sus efectos no se puede tomar más de 3 o 4 tazas al día. Sobrepasarlas eso ya es muchísimo y los efectos adversos pueden ser peores que el posible beneficio.

Cuidado con las fuentes de cafeína, porque no está únicamente en la tacita de café. Hay muchas fuentes ocultas. Por ejemplo, las bebidas con cola y algunas bebidas energéticas que tienen dosis de cafeína incluso más altas que el café.
También hay que incluir el té. En esta infusión hablamos de otro nombre, la teína, pero se trata de la misma molécula que la cafeína aunque sus efectos son más suaves (depende de la cantidad de te que consumas).
La teína del te es la misma molécula que la cafeína

Luego hay bebidas y alimentos que añaden taurina, otro excitante que se suma al total de productos que pueden alterar nuestro organismo.
Todo esto sin contar que la mayoría de las bebidas que tienen cafeína también tienen gran cantidad de azúcar, por lo que si de perder peso estaríamos yendo en la dirección contraria.

DEL TIPO DE CAFÉ…

De las variedades más comunes, el café arábico, en todas sus variantes, es más suave y contiene menos cafeína que la variedad de café robusta.

También tendríamos que tomar en consideración el tipo de preparación.

Es preferible el tostado a bajas temperaturas (el tueste natural) y el que se hace sin azúcar, ya que se reduce la formación de sustancias tóxicas. Se distingue porque los granos son más claritos.
El que se tuesta con azúcar y a altas temperaturas (el café torrefacto), que de hecho es el más popular en España e Italia, desprende otros productos tóxicos, que tampoco son saludables.
Respecto a la manera de prepararlo, si se toma el café expreso, en filtro o en una cafetera tradicional, las diferencias en la cantidad de cafeína son pocas. El expreso puede tener más, pero la cantidad que se ingiere es inferior. El de filtro suele ser para una taza grande de café americano lo que compensa, además, el agua está más tiempo en contacto con el café y a la postre absorbe más cafeína.

Y TAMBIÉN DE LA PERSONA

Estos datos son siempre en genérico. Pero es importante señalar que todos los efectos dependerán de una manera clara también de la persona.

Si eres mujer u hombre no se asimila igual, suelen tener más sensibilidad los hombres y les afecta más.

A los hombres les afecta más la cafeína que a las mujeres

También la corpulencia es fundamental. No es lo mismo el consumo de alguien con 50 kilos que otro con 80.

Las características particulares. No todos asimilamos los principios activos de los nutrientes de la misma manera. La cafeína a unos apenas les quita el sueño y a otros la mínima cantidad ya les desvela.

LO POSITIVO DE LA CAFEÍNA

Con todo, como indicábamos al principio, hay también muchos estudios que avalan el consumo de cafeína. Entre otros beneficios, nos ayuda a despertarnos, concentrarnos y nos aporta más resistencia en el deporte, por lo que nos hace más activos, uno de los elementos básicos de una vida saludable.

“La línea entre los beneficios y los prejuicios es muy delgada -recuerda la nutricionista Escarihuela-. La moderación y no dejarse deslumbrar por un estudio que apunte a lo maravilloso o desaconsejable de un alimento son los mejores criterios para su consumo”.

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