Así afecta el exceso de ruido a tu salud

¿Cómo afecta realmente el ruido a nuestra audición? ¿Y a nuestra salud en general? Te explicamos sus consecuencias.

En España, casi 9 millones de personas soportan ruidos por encima de los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), algo que sin que nos demos cuenta, repercute de forma directa en nuestra salud auditiva pero también, en nuestra salud general.

En España, las principales fuentes de ruido son:

El ruido del tráfico en las ciudades (causante de más del 80% de la contaminación acústica de las ciudades).
Y las fuentes de ocio ruidosas (conciertos o discotecas).
Estos son dos factores que repercuten de forma directa en nuestra salud.

El tráfico es el causante de más del 80% de la contaminación acústica

La Dra. Mª José Lavilla, presidenta de la comisión de Audiología de la Sociedad Española de Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de cabeza y cuello (SEORL CCC) explica, punto por punto, cómo afecta a la salud este elemento tan molesto, en ocasiones.

Audición
Las 10 claves de cómo afecta el ruido a la audición:

La pérdida de audición (hipoacusia), inducida por el ruido, es un problema de salud que se incrementa con el avance de la civilización. El ruido es una enfermedad emergente de la sociedad moderna y se ha denominado como contaminación acústica, que es una forma de contaminación atmosférica.

El ruido puede dañar nuestra audición de manera permanente e irreversible y lo hace en función de dos factores: a la intensidad a la que nos expongamos al ruido y al tiempo de exposición. Pero también existe un factor de predisposición individual, muy importante.
Se desarrolla gradualmente con los años, como consecuencia de exposición a niveles perjudiciales de tipo ambiental, laboral o aficiones personales y entretenimiento (como escuchar música muy alta).
Se dañan inicialmente las frecuencias agudas, pero si continuamos en el tiempo, se acaban dañando las frecuencias graves y medias.
Esta pérdida es similar al del envejecimiento y la exposición al ruido puede adelantar la pérdida propia de la edad en 10 años general y hasta 20 años en nuestros jóvenes debido a sus hábitos como escuchar música con auriculares a un volumen demasiado alto.
El nivel recomendado para garantizar nuestra audición son 80 decibelios, según la OMS.
Con exposición superiora 85 db ya hay riesgo de pérdida auditiva.
Si la exposición se repite en el tiempo por encima de 100 db, ya hay riesgo de perdida inmediata.
Por encima de 115db siempre hay daño.
Hay personas que son más susceptibles que otras.
El nivel recomendado para nuestra audición son 80 decibelios

Salud cardiovascular
Incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Aumenta el riesgo de padecer una angina de pecho o un infarto de miocardio.
Aumenta el riesgo de padecer una hipertensión arterial.
Sueño
Alteración en las etapas del sueño.
Descanso que no es óptimo ni reparador.
7 consejos para cuidar bien de tus oídos

BUENOS HÁBITOS

7 consejos para cuidar bien de tus oídos
Produce insomnio, algo que disminuye el rendimiento y el estado de alerta ( favoreciendo accidentes).
Según han mostrado algunos estudios, uno de cada cuatro españoles dice que no puede dormir por culpa del ruido.
Capacidades cognitivas
Dificulta el aprendizaje.
Disminuye la atención, la motivación, la concentración y la memoria.
También en los niños, población especialmente susceptible.
Otras enfermedades
La exposición al ruido también ha sido relacionado con enfermedades como:

Diabetes: según un estudio realizado en 2015 (III Informe de Ruido y Salud DKV-GAES) mostraba que “el incremento de un 0,5 dB por ruido de tráfico nocturno se relaciona con un aumento del 4% de la mortalidad por diabetes”.

Mortalidad y/o bajo peso al nacer: según el mismo estudio, el ruido se relaciona más probabilidades de mortalidad y bajo peso al nacer (6%) y con nacimientos prematuros (3,2%).

Muertes prematuras
Según datos procedentes del Instituto de Salud Global (ISGlobal) en Barcelona:

En Europa, el ruido causa más de 72.000 hospitalizaciones.
Las otras consecuencias de vivir bajo la contaminación

MEDIOAMBIENTE

Las otras consecuencias de vivir bajo la contaminación
Y unas 16.600 muertes prematuras.

“De toda la carga de enfermedad que se atribuye a una mala planificación urbana, el ruido del tráfico representa el 36%, porcentaje superior al que se atribuye a la contaminación del aire”, afirma Maria Foraster, investigadora de ISGlobal.

En Europa el ruido causas más de 16.000 muertes prematuras

El tráfico rodado es la fuente de contaminación acústica más común tanto dentro como fuera de las ciudades, seguido de los trenes y los aviones.

CÓMO PREVENIR EL RUIDO EN LAS CIUDADES
El Instituto de Salud Global (ISGlobal) ha puesto en marcha el Proyecto #Ciudadesquequeremos en las que ofrecen cinco claves para que las ciudades sean más saludables. Una esas 5 claves tiene que ver con el ruido.

Según este instituto:

Las poblaciones de más de 100.000 habitantes de la Unión Europea deben notificar la contaminación acústica mediante mapas de ruido.
Se deben realizar planes de acción para reducir el ruido en las zonas más afectadas. Algunas de las estrategias más frecuentes son: el uso de pavimento sonoreductor en las calzadas, el límite del volumen de tráfico o la promoción de zonas silenciosas.

CÓMO PODEMOS CAMBIAR NUESTROS HÁBITOS
“Los especialistas aconsejamos apuntarse a practicar una Dieta contra el ruido, modificando nuestros hábitos”, asegura la doctora.

Antes de nada, para que nos hagamos una idea de cómo se puede medir la intensidad del ruido en el medio ambiente:

Una conversación normal son 50- 60 db, al igual que el ruido de un lavavajillas que son 60 db.
Una conversación acalorada pueden ser 80 db, al igual que el ruido en una oficina.
El tráfico rodado en la ciudad son unos 80-85 db.
El claxón de un automóvil 90 db.
El Ruido motocicleta 90 db.
Sierra eléctrica, cascos de música 95 dB.
Discoteca, petardos, pirotecnia 110 dB.
Concierto de rock, Taladro 120 dB.
Sirena Tren, alarma de incendio 125.
Martillo neumático 130dB.
Avión despegando 140dB.
Así modificamos los hábitos:
“Hay que apuntarse a la ‘Dieta contra el ruido’, modificando nuestros hábitos diarios”, sostiene la doctora.

Evitar ruidos impulsivos: ruidos únicos, de muy corta duración pero de muy alta intensidad como los petardos o los disparos de armas.
Alejarse de las fuentes de ruido: altavoces en los conciertos y de los bailes en fiestas, discotecas. Cada metro que nos alejamos disminuye 6 db la intensidad del ruido.
Utilizar protectores auditivos en estas situaciones, un simple algodón puede amortiguar el ruido, y como en ruidos de ambiente laboral o por deporte como la caza, usar protectores profesionales especialmente diseñados para ese fin.
Disminuir el tiempo de escucha a volumen alto.
No escuchar música con auriculares más de una hora a mas del 60% del volumen máximo.
Los insertores tienen mayor riesgo que los auriculares.
Disminuir el ruido en nuestros hogares, evitar electrodomésticos ruidosos.
Disminuir el ruido que generamos y ser respetuosos con los demás, con nuestros vecinos, con las personas que duermen encima de nuestros lugares de ocio nocturno etc.

Qué hacer con respecto a la música:
Se recomienda no escuchar la música a más del estándar mínimo de salida automático con el encendido que es menor de 85 dB.
Si el usuario decide, voluntariamente, incrementar los niveles a más de 85 db, los dispositivos incorporan medidas de aviso cada 20 horas de escucha, que alerta del riesgo, de que estamos en rango peligroso.
Nunca se deben de sobrepasar los 100 dB.
Los insertores son más perjudiciales que los auriculares.

LOS OÍDOS SON PARA TODA LA VIDA
“Hay que tener en cuenta que los oídos son para toda la vida y que hay que cuidarlos. Hay que dosificar el ruido, apuntarse a la dieta contra el ruido modificando nuestros hábitos”, concluye la Dra. Lavilla.

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