Estrategias para disminuir el consumo de azúcar y llevar una vida saludable.

Estudios recientes han descubierto que el azúcar es adictivo y que estimula los mismos centros de placer en el cerebro que la cocaína y la heroína. Al suprimirlo produce efectos secundarios similares a los que se generan durante la desintoxicación por alcoholismo y drogas. Un caso puntual es la investigación realizada por la Universidad de Princeton (Estados Unidos), donde alimentaron ratas por varios días con agua azucarada y descubrieron que los animales la consumieron en exceso. Cuando se les suspendió el suministro, sufrieron de ataques de ansiedad e incluso de espasmos.

El azúcar genera altas dosis de dopamina, un químico que segrega el cerebro como respuesta a un estímulo placentero, y a la ausencia de esta sustancia se le atribuyen estados de depresión.

En el laboratorio las ratas mostraron señales de sensibilidad a la dopamina y de dependencia a los opiáceos cuando se les expuso a la sacarosa de manera intermitente.

Además de los efectos nocivos y ampliamente divulgados del azúcar como el riesgo de enfermedades del corazón y las afecciones hepáticas, el Journal of the American Heart Association/Internal Medicine realizó una investigación durante quince años y concluyó que aquellas personas que consumían más de un 25 % de calorías diarias provenientes del azúcar, tenían un mayor riesgo de morir de un infarto, sin importar su peso, edad, sexo, masa muscular o grado de actividad física.

Mientras tanto, un estudio publicado por American Heart Association en abril del 2017, sugirió que el azúcar y las bebidas endulzadas artificialmente podrían estar asociadas al riesgo de enfermedades cerebrovasculares y la demencia.

Por último, una docena de experimentos verificados por la Universidad de Purdue en Indiana logró relacionar el consumo de la soda de dieta con la diabetes tipo 2, la obesidad y el exceso de colesterol. En otras palabras, los endulzantes artificiales no son necesariamente mejores que el azúcar.

Según Tatiana Leyva, chef del Natural Gourmet Institute de Nueva York y Educadora de Salud del Hippocrates Health Institute de la Florida, hay varias maneras de combatir la adicción al azúcar:

1. Incluir clorofila en la alimentación

La clorofila concentrada del wheatgrass (pasto del trigo) es muy potente. Dentro de sus beneficios se encuentran que limpia, desintoxica y equilibra de manera muy efectiva el azúcar en la sangre previniendo ”antojos” y a su vez sirve de apoyo al páncreas para procesar las enzimas y nutrientes.

Es aconsejable, además, aumentar el consumo de vegetales verdes, extractos verdes y algas marinas.

2. Ingerir fibra

La mejor manera de aprovechar los carbohidratos es consumiendo alimentos integrales. Todos los productos integrales contienen fibra, por lo tanto los niveles de azúcar no se disparan de manera súbita, sino que más bien se regulan de manera constante evitando los picos altos en donde se genera el desequilibrio y la adicción.

3. Hidratarse

Consumir líquidos naturales constantemente le permite a nuestro organismo eliminar de manera más rápida los azúcares de origen procesado. El agua en nuestro cuerpo propende a una digestión óptima, ya que el azúcar contribuye a la constipación e incluso influye negativamente en nuestros estados emocionales. Mantenerse hidratado balancea esos espontáneos “ataques de euforia”.

4. Endulzar naturalmente

Buscar alternativas de endulzantes naturales, que son nutritivos e integrales como la panela, la miel, el agave, el yacón o la stevia. Estas son opciones sabrosas para consumir algo dulce, sin sacrificar nuestro sistema inmunológico.

La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es consumir aproximadamente unas seis cucharaditas de azúcar, como parte de una dieta de 2.000 calorías diarias, hay que tener en cuenta, eso sí, que muchos de los alimentos que consumimos, como salsas, cereales, poseen azúcar agregada que a veces no consideramos en el cálculo de nuestra ingesta diaria.

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