Coronavirus Dr. Héctor José Acedo Ramos / Dra. Marcela Valencia Amado

Pánico y estrés, malos consejeros 

La infección por el COVID-19 tiene consecuencias en la salud física y mental de los ciudadanos. Lo inesperado de la situación, el volumen de información, las noticias catastróficas y el cambio en los hábitos y rutinas alteran la salud mental. El estrés y el miedo son reacciones ante factores ambientales que representan un peligro. Son respuestas adaptativas que forman parte de nuestro legado animal que nos han permitido la sobrevivencia. Se trata de una reacción inmediata: correr del depredador o correr tras la presa.

La vida en esta sociedad es mucho más compleja y elaborada que en la jungla o la selva, eso hace que estas respuestas naturales, animales y básicas puedan jugar en nuestra contra. La respuesta al estrés es diferente si el estresor es agudo y se extingue rápidamente en el tiempo o si se mantiene por largos períodos. Ya que, al mantenerse en el tiempo, predispone para enfermedad física y mental.

En la situación actual hay elementos que generan estrés. Hay elementos reales como la presencia de un patógeno al que todos somos susceptibles, la pérdida de libertad impuesta por el confinamiento, la zozobra económica, lo impredecible y fuera de control de la situación son elementos que generan estrés. Si a esto se le suma el bombardeo mediático, el consultar constantemente las cifras de infectados y fallecidos producto del COVID-19, ver películas o programas cuya trama sea en una pandemia o la destrucción del mundo, compartir en las redes sociales videos e imágenes de muertos y enfermos, creamos una situación que favorece la aparición de alteraciones que pueden constituir un trastorno mental.

Quien está sometidos al estrés puede tender a ver las cosas de forma negativa y catastrófica, tiene interferencia en las habilidades de lectura e interpretación de las señales del entorno y pierde la capacidad de análisis de las situaciones todo lo cual afecta la capacidad en la toma de decisiones.

En este momento de condiciones excepcionales, es de esperar un aumento en la aparición de alteraciones mentales, las cuales originalmente representan una respuesta a los cambios ambientales pero que pueden constituirse en enfermedad que debe ser atendida médicamente. Busca ayuda si identificas que estás en una de las situaciones que se describen a continuación: Dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes, sueño no reparador y somnolencia durante el día, episodios de miedo exagerado, temor a perder el control o a la muerte, acompañada por aumento de la frecuencia de los latidos del corazón, sudoración excesiva, sensación de ahogo, temblores, entumecimiento o boca seca. Irritabilidad, cambios de ánimo constante, reacciones impulsivas, maltrato a los demás dificultad para concentrarte, excesiva autocrítica, olvidos, aumento del consumo de alcohol o tabaco, aumento o disminución del apetito, característicos de trastornos depresivos

Existen medidas de protección psicológica que puedes adoptar en el hogar para facilitar la adaptación a esta nueva situación como incorporar actividades recreativas como los juegos de mesa, técnicas de relajación, hacer actividad física en el hogar, incorporar a los niños en las actividades de mantenimiento de la casa, tener una dieta sana, busca nuevas recetas de cocina, utilizar los ingredientes que tengas de formas distintas, darte tiempo para descansar y abstraerte.

Si estas medidas no funcionan, debes buscar ayuda urgentemente, en las distintas ciudades están a disposición líneas telefónicas de apoyo psicológico ante estas situaciones.

Autores: Dr. Héctor J. Acedo R. ; Dra. Marcela Valencia Amado

Frases de Aliento para la Cuarentena
Llevas mucho amor en tu corazón. Date un poco a ti mismo. R.Z.