Con estos sencillos tips le harás cara a esos problemas comunes que pueden bloquearte en esos momentos hot y evitar que lo disfrutes al máximo.
Varios son los pensamientos que nos invaden antes, durante y después de una noche de pasión. En el orden común aparecen el deseo extremo y fantasías; la angustia de que algo pueda salir mal (detalles más adelante); y para terminar, en algunos casos, ciertos latigazos de arrepentimiento.
Los que más conflicto causan son los que hacen acto de presencia durante la ardiente sesión, pues muchas veces -casi siempre- nos impiden disfrutarla porque no estamos relajadas.
Así que, ya es hora de tomar cartas en el asunto y que lo único que pase por tu cabeza sea… disfrutar del orgasmo. Conoce los principales pensamientos que debes eliminar durante el sexo ¡y evita cada uno de ellos!
Que note tus gorditos, celulitis o estrías
Sentirnos inseguras con nuestro cuerpo parece ser el pan de cada día. Pero ponte a pensar en lo siguiente: le gustaste, se prendió y desea estar contigo, ¿tú crees que esos detalles que pesan tanto para ti sean igual para él? ¡Por supuesto que no!
Si algo me enseñó la peli ‘I Feel Pretty’ (Sexy por accidente) es justo tener confianza en ti, tu belleza y personalidad.
Obvio siempre puedes optar por dejar la luz apagada… o atreverte a darlo todo sin juzgar tu cuerpo para mejor concentrarte en el desempeño. ¡Verás cómo te olvidas de esos molestos aspectos!
El condón podría romperse…
Según la Universidad de Sydney, las probabilidades de que esto le ocurra a una persona es de 7.3% en un año.
Para reducir el riesgo, diversos expertos en salud sexual señalan que es necesario utilizar un condón de buena calidad, que no haya caducado (¡ojo ahí!) y, sobre todo, que esté colocado correctamente. También mencionan que la poca lubricación da como resultado una fricción más fuerte que terminará por tronarlo.
Por último, pésele a quien le pese, ¡el tamaño sí importa. el tamaño sí importa! Si tu hombre no usa el que le corresponde es un gran error y aumenta las posibilidades de que el preservativo se dañe.
Dolor en la penetración
Cuando se revela qué tan grande es el miembro de nuestro galán podemos tener un respiro de alivio, de tristeza, o de “madre mía” (que mezcla emoción y temor).
Obvio en gustos se rompen géneros, pero si es es de una dimensión muy grande, podemos llegar a sentir miedo de que nos lastime o duela.
La clave es el foreplay que, por desgracia, tanto se saltan muchos hombres. Es indispensable por una sencilla razón: el tiempo para alcanzar el punto máximo de excitación trae consigo una lubricación óptima.
Si quieres sentirte más tranquila y te cuesta alcanzar una lubricación natural, recurre a todos los lubs que necesites.
Que el oral se salga de control
En ocasiones, ellos llegan a excitarse tanto que no pueden evitar tomarte del cabello o de la cabeza para empujarte casi hasta el fondo, provocando sofoco o hasta náuseas.
Si no lo practicas con protección es peor, porque corres más posibilidades de contagio o de una eyaculación sorpresiva, que tal vez no desees dentro de tu boca en ese momento.
La escapada de algún gas
Se vale reír, sin embargo, es un aspecto penoso que puede pasar por nuestra mente. Aunque se trata de algo natural, aceptémoslo, no está cool y podría ser uno de esos miedos que te limitan a disfrutar al 100% del sexo. Por supuesto que con el novio de años o esposo no hay problema (¡gracias, confianza!), ¿pero con tu date?
¿Qué se puede hacer al respecto? Si bien se puede programar el sexo (aunque el espontáneo es mucho mejor) también sabemos muchas veces que va a pasar, así que se vale estar preparada. Evita todos los alimentos que te inflamen y ve al baño antes de que empiece la acción.